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Luego de terminar la secundaria, Claudia Parisuaña empezó a estudiar Economía en la Universidad del Pacífico, esto duraría 3 días. La universidad y el ambiente eran muy agradables, y aunque años más tarde se volvería a encontrar con las ciencias económicas, su verdadera pasión estaba en un campo muy distinto. Estudió Física en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), ganó un grant para desarrollar un proyecto en acústica durante el pregrado, y realizó una pasantía con mucho éxito en General Atomics trabajando en Física de Plasmas como parte del programa REPU, lo que resultó en la publicación de 2 artículos científicos. Luego de algunos altos y bajos en su proceso de postulación al posgrado y un corto paso trabajando en la industria y en un banco, hoy estudia una maestría en el prestigioso programa de Ingeniería Mecánica en Stanford, donde en los próximos meses empezará a trabajar en el histórico acelerador de partículas SLAC, hoy remodelado y reinventado a un área algo distinta.

“Para mí la Física es hacer experimentos, notar algo curioso, ver la relación entre  las variables y los parámetros, y armar un modelo”

Estudiar en la PUCP le dió a Claudia la valiosa oportunidad de relacionarse dentro del campus con personas interesadas en diversas áreas y que seguían distintas carreras. Esto sumado a la oportunidad de llevar cursos generales, le permitió explorar tanto como le interesó, lo cual le permitió quitarse ese “bichito” que seguro muchos tuvimos en algún momento: “¿Qué hubiera pasado si estudiaba tal o cual carrera?”. A través de los cursos en la universidad confirmó su pasión por la Física, y en particular por la Física Experimental. “Para mí la Física es hacer experimentos, notar algo curioso, ver la relación entre las variables y los parámetros, y armar un modelo”. Esta motivación la llevó a involucrarse en la investigación desde muy temprano, ya en quinto ciclo obtuvo financiamiento de su universidad a través del “Programa de apoyo a la iniciación en la investigación”. Bajo la asesoría del Prof. Jorge Moreno y junto a su compañero Alfredo Koc, trabajó en el área de acústica y vibraciones. “Fue un proyecto muy demandante, pasé todo un verano haciendo carpintería y mediciones en el laboratorio, aprendí cómo armar una caja de parlantes. Al final podía ver el resultado de mi trabajo y fue súper gratificante”. Por azares de la vida, un día saliendo de clase se topó con una charla sobre el programa REPU, y aunque aquel año no se animó a postular, al año siguiente fue seleccionada para hacer una pasantía en General Atomics el 2017. Durante su estancia, Claudia trabajó en Física de Plasmas bajo mentoría del Dr. Humberto Torreblanca , un área completamente nueva para ella, pero que rápidamente captó su interés por su potencial científico, y el impacto ambiental de poder controlar la fusión como fuente energética.

Luego de egresar, fue Jefe de Prácticas en la PUCP, mientras se ocupaba también de sus postulaciones para Grad School. Los resultados no fueron favorables en esta primera vez, pero lejos de desanimarse, Claudia decidió volver a postular el año siguiente. Mientras tanto, trabajó en el área de Investigación y Desarrollo en una compañía dedicada a la industria automotriz, en la empresa que fabrica los parabrisas para los carros automáticos de Tesla. Trabajó también en un banco, donde aprendió la importancia y el poder que tiene comunicar bien tus ideas, a través de presentaciones bien elaboradas. Aunque originalmente el destino que ella tenía en mente para Grad School era Europa, un buen día mientras revisaba Instagram una publicidad del programa Knight-Hennessy Scholars de la Universidad de Stanford llamó su atención.

“No solo era un buen programa, yo era una buena candidata”

Claudia aprendió que la postulación a Grad School es un juego donde debes saber jugar bien tus cartas. Ella sabía que un programa de Ph.D. implica 5 años de compromiso muchas veces a un tema específico que es fijado desde el principio. En su experiencia, luego de haber podido explorar diversas ramas en el pregrado, sentía que aún no estaba lista para elegir un tema en particular. Es por esto que ella concluyó que una maestría era lo que mejor satisfacía sus intereses. Cuando Stanford llamó su atención, notó que, aunque no ofrecían una maestría en Física, la maestría en Ing. Mecánica cubría muchas de las áreas que a ella le interesaban: Dinámica de Fluidos, Física de Plasmas, etc. Pero no solo eso, la universidad como institución tenía una misión social con la que ella se identifica muy bien. “Hoy en Stanford toda la energía es producida en una planta propia y es energía limpia proveniente de fuentes renovable. La meta es satisfacer la creciente demanda energética, sin que esto impacte en nuestro planeta”.

“No importa que tan bueno seas, no puedes ser un buen candidato para todas las instituciones. Somos historias, libros, y no a todos les gustan los mismos libros”

Ella también considera que su paso por General Atomics jugó un rol importante, en parte porque al igual que Stanford, está en California. De igual manera, su paso por la industria, e incluso la experiencia ganada trabajando en un banco, hicieron notar su versatilidad y capacidad de adaptación. Claudia considera que haber sido rechazada la primera vez que postuló le permitió aprender y llegar a donde está hoy en día. “Si yo pudiera decirle a la Claudia de hace 2 años, a la que rechazaron muchos programas de posgrado, que todo está bien, que vendrá algo mejor, seguramente lo ignoraba. Porque ese consejo suena a lo que te diría tu mamá para que no te sientas mal.”

En resumen Claudia nos enseña que a veces una carta de rechazo no significa que tú no eras un buen postulante, sino que quizá aquel no era el mejor programa para ti. “No importa que tan bueno seas, no puedes ser un buen candidato para todas las instituciones. Somos historias, libros, y no a todos les gustan los mismos libros”.

SLAC: De cazador de partículas elementales a la mejor cámara de video

El Stanford Linear Accelerator Center o SLAC, se jactó de ser por mucho tiempo el acelerador lineal más grande del mundo. El descubrimiento de la partícula charm, la confirmación del modelo de quarks como constituyentes de los nucleones, y el descubrimiento del leptón más pesado, el tau, son solo algunos de las grandes contribuciones que SLAC permitió hacer al campo de la Física fundamental durante la segundad mitad del siglo pasado. Tres premios Nobel en Física y uno en Química le hubieran bastado a cualquiera para disfrutar de una orgullosa jubilación, pero no para SLAC, el laboratorio se reinventó para seguir ayudándonos a entender nuevos fenómenos.

La importancia de crear conexiones dentro del entorno académico, es algo que no se puede sobreenfatizar, es vital para el desarrollo íntegro de un científico. Claudia asistía al Happy Hour organizado por su departamento académico, cuando conversando sobre sus intereses científicos con una de las asistentes, esta le comentó que conocía a un profesor trabajando en esos temas en SLAC y estaba buscando una nueva estudiante en su grupo. De esta forma es como Claudia llega al laboratorio donde empezará a trabajar en las próximas semanas. Pero Claudia llegará a un SLAC distinto al de los años 70s, hoy una división del laboratorio utiliza los rayos X generados por el acelerador para, a través del fenómeno de scattering en distintos tipos de muestras, tomar imágenes de la muestra en tiempo real. Una secuencia continua de estos pulsos energéticos les permite generar una serie de frames que luego se convierten en una película. Esto permite capturar un video con una resolución impresionante para capturar objetivos muy pequeños y procesos que suceden a escalas de tiempo muy cortas. La formación de moléculas o procesos de cristalización son ejemplos de lo que este nuevo uso del acelerador en SLAC puede lograr.

“Para que los estudiantes se enamoren de estas ramas, lo primero es darles la información. Yo no sabía nada de esto antes de venir acá, y antes de REPU ni siquiera sabía que existían máquinas de fusión”

El potencial de descubrimiento de este set-up impresionó a Claudia y llamó profundamente su atención, y cuando encuentras algo que te encanta, quieres que los demás lo vean y lo aprecien tambień. “Para que los estudiantes más jóvenes se enamoren estas ramas, lo primero es darles la información. Yo no sabía sobre esta rama antes de venir a Stanford, y antes de REPU ni siquiera sabía que existían máquinas de fusión”. Resalta también que el pregrado es la oportunidad perfecta para indagar en cualquier rama que interese, y si al final algo no te gusta simplemente decir “Muchas gracias por la oportunidad, pero siento que esto no es para mí”, y seguir explorando. Otra cosa que Claudia aprendió luego de haberse involucrado en distintas áreas es la importancia de los skills transferibles. “Si sabes programar, analizar data, buscar información, eso es transferible a cualquier lugar”.

Research & Outreach: No los cambiaría por nada

Involucrarse en investigación desde temprano en la carrera, le abrió a Claudia muchas puertas. “En particular haber ganado un grant, hizo que mi asesor, Alfredo y yo estemos muy comprometidos con el proyecto”. Sin duda alguna le hubiese podido participar de más pasantías, y es algo que recomienda mucho a los estudiantes de ciencias. No solo te permite involucrarte en un proyecto, sino también te enseña sobre la vida científica, el cómo comunicar tus resultados, trabajar bajo presión, cumplir deadlines, entre otras habilidades que son muy importantes para un científico en formación.

“Cuando me enteré que no habrían Clubes de Ciencia en la PUCP, fui a tocar todas las puertas que pude para lograr su organización. Al principio recibí negativas, al final los dos clubes fueron un éxito”

Otra de las actividades que Claudia disfruta mucho y no cambiaría, es estar involucrada en actividades de science outreach o divulgación científica. Participó como moderadora de los famosos Coloquios de Física de la PUCP, y fue pieza clave en la organización de Clubes de Ciencia en su universidad. “Cuando me enteré que no habrían Clubes de Ciencia en la PUCP, fui a tocar todas las puertas que pude para lograr su organización. Al principio recibí negativas, al final los dos clubes fueron un éxito”. Y de hecho, su participación en los Coloquios de Física fue importante para los clubes. Cuando parecía que no iba a ser posible que se lleven a cabo, recordó que alguna vez ella moderó un coloquio dado por la jefa del Departamento de Ciencias. El coloquio le permitió conocer de cerca el alto grado de compromiso y apertura para promover la ciencia de dicha autoridad. Cuando fue a buscarla, ella se mostró muy feliz de ayudarla, y contra todo pronóstico y en tiempo récord, los clubes salieron a flote aquel año. Involucrarse en actividades extracurriculares no solo se trata de participar, sino que también te permite conocer a gente comprometida con lo que hace y ampliar tu red de contactos.

¿Qué implica estudiar Física en el Perú?

Todos estamos al tanto de las distintas falencias que hay en el desarrollo de ciencias en el Perú, desde lo pedagógico hasta lo político. Sin embargo, Claudia prefiere empezar señalando el brightside, somos un grupo pequeño y esto favorece una relación más horizontal con los profesores e investigadores. Además, aunque las oportunidades no sean abundantes, es más probable encontrar un puesto en el laboratorio que desees. Ella señala que en Estados Unidos por lo general hay varios estudiantes compitiendo por trabajar con algún profesor y al final solo algunos pueden hacerlo.

 “A veces toca lidiar con el desdén por parte de algunos educadores. Como si nos estuviesen haciendo un gran favor al brindarnos educación de calidad cuando se la solicita.”

Por otro lado, Claudia señala tres principales factores que afectan al desarrollo de la Física en nuestro país. Primero, la metodología de enseñanza dado que algunos profesores se aferran a una determinada forma tradicional de enseñar, donde por lo general una porción considerable del aprendizaje de los estudiantes corre por cuenta de ellos mismo. “No está ni bien ni mal, sencillamente las personas aprendemos de maneras diferentes. Para algunos será mejor porque pueden avanzar a su ritmo, pero para otros que van a la universidad a aprender de la clase preparada por el profesor terminan perdidos”. Además, ella señala en ocasiones debes lidiar con profesores que se rehúsan a tratar a los alumnos con el respeto que merecen, no solo por su propia experiencia sino también por testimonios recogidos de amigos en otras universidades. “Como si nos estuviesen haciendo un gran favor al brindarnos educación de calidad cuando se la solicita. Por otro lado, también he encontrado profesores durante mi carrera que han sido grandes mentores y a quienes les tengo en alta estima”. Luego está el financiamiento, si bien siempre incentivamos la investigación en estudiantes de pregrado, la verdad es que todos venimos de realidades socioeconómicas muy distintas, y algunos simplemente no se pueden dar el lujo de trabajar como research assistant sin una remuneración, tienen necesidades que deben cubrir. Por esto Claudia aplaude el impacto que tienen los programas universitarios que ofrecen grants para que los estudiantes puedan llevar a cabo proyectos de investigación. Finalmente, encontramos la barrera del idioma. Como estudiantes de Física sabemos (o ya descubrirán) que la mejor bibliografía se encuentra en inglés. Aunque para muchos esto está tachado en su checklist, para muchos otros es una barrera muy importante que por lo general te pone límites, sin importar que tan talentoso en Física seas.

Siguiendo este camino con un peso extra

Para Claudia, los problemas que deben afrontar las mujeres en STEM, la tomaron por sorpresa al terminar el colegio. En la secundaria ella recuerda que las cuatro mejores estudiantes eran mujeres, de igual manera en la clase de física las más destacadas eran ella y sus dos mejores amigas. No fue hasta que tuvo que elegir una carrera universitaria que se enfrentaría con una realidad muy distinta. Originalmente planeó decirle a su madre que estudiaría Ing. Mecánica, porque temía que la poca rentabilidad de Física fuera un motivo para que ella no esté de acuerdo. “Mi mamá me dijo que nadie me iba a contratar, porque soy mujer. Nunca antes había sentido este prejuicio, y viniendo de mi casa me quedé un poco desubicada e impotente.” Viendo que de todas formas había un desacuerdo, le dijo que en verdad quería estudiar Física, y con esa determinación, fue lo que hizo.

“Por default, se espera que las mujeres seamos dóciles y andemos felices. Si hablas con firmeza, te toman como alguien agresiva o enojada”

Las sorpresas continuaron dentro de la universidad, ella aún recuerda su primera clase de Cálculo I un lunes por la mañana. “Eran 72 alumnos y solo 5 mujeres, me pareció muy raro. Empecé a pensar que quizá mi madre tenía razón, pero aún así no dejé que me afecte”. Lamentablemente los disgustos no acabarían ahí y, estando en Estudios Generales, fue víctima de acoso durante una clase. “Fue la primera vez que jalé un curso, porque luego de eso me fui de la clase y decidí no volver, luego tuve que recuperarlo en verano”. De un momento a otro tuvo que darse cuenta que las ideas que había tenido en la secundaria no eran acordes con lo que veía en la vida universitaria. “Por default, se espera que las mujeres seamos dóciles y andemos felices. Si hablas con firmeza, te toman como alguien agresiva o enojada”. Pero no fue todo malo, al pasar a la carrera de Física, a pesar de que todos sus compañeros eran hombres, se encontró en un ambiente distinto, rodeada de personas respetuosas quienes la hicieron sentir en un entorno seguro. “Esta ‘suerte’ influyó bastante en la persona que soy ahora, siento que de haberme desarrollado en un ambiente tóxico, hubiese sido otra mi vida“.

Aunque ahora en Stanford aun puede apreciar un desbalance, está lejos de ser tan abismal como en el pregrado. Además que la política “agresiva” de la universidad al condenar cualquier conducta inapropiada, crea un ambiente más amigable. Claudia espera que la misma iniciativa pueda encontrarse en las universidades peruanas, quienes más de una vez se han quedado cortas al momento de actuar y condenar la violencia de género en todas sus formas.

“Estoy segura de que en algún momento me volverá a tocar lidiar con esto, pero felizmente he tenido otras personas que me han dado consejos para poder afrontarlo y no dejar que esto me afecte a un nivel personal o profesional. Siento que es muy importante y ayuda bastante que se cree una comunidad y se hable de estos temas, escuchar otras experiencias y que sepan que no están solas.”