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Enrique Solano es un egresado de física de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), realizó estudios de maestría en Francia y, obtuvo un doctorado en física por la Universidad Federal de Río de Janeiro y es actualmente el gerente general de IQM en Alemania, una empresa fundada en Finlandia dedicada al diseño de software y hardware de computadoras cuánticas. Ha trabajado en la PUCP, el Instituto Max Planck, la Universidad de Munich, la Universidad del País Vasco en España y en la Universidad de Shangai entre otras, trabajando en diversos temas, entre ellos: materia condensada, electrodinámica cuántica de cavidades, computación cuántica, información cuántica e inteligencia artificial cuántica.


Su comienzo en la física

Enrique Solano nos cuenta que él comenzó sus estudios universitarios estudiando una carrera de ingeniería, más que nada por  presión familiar hasta que luego se cambió a física. Desde temprana edad contó con intereses muy amplios y diversos, tuvo tres principales: la física, la filosofía y la literatura. Enrique nos cuenta que él optó por estudiar física creyendo que sería la única que requeriría de una ayuda externa, sin embargo nos comenta que luego se dio cuenta que estaba totalmente errado en aquella afirmación.

Ya dentro de la carrera de física, tuvo un intenso interés por aquellos temas de la física con nombres extraños y que parecían complejos como la teoría de cuerdas, las partículas elementales, etc. y no fue hasta que estando en Francia pudo conocer todas las aplicaciones de la física cuántica y desde entonces, Enrique nos cuenta que «se ha ido curando de todo esto y desde muchos años su labor como profesor ha sido ‘curar’ la mente de los chicos jóvenes de todo este mundo metafísico y filosófico de la física cuántica y orientarla a temas más útiles».

Las cuestiones “fundamentales”

Esto parece, a primera vista, contrastar con aquel original interés que tenía con respecto a las cuestiones fundamentales; sin embargo, Enrique nos cuenta que le tomó muchos años llegar a darse cuenta que «aquello que denominamos más fundamental no necesariamente es lo más pequeño […] y en esencia ninguna teoría es más o menos fundamental que otra y ningún interés o  curiosidad es más importante que otra».

Este proceso Enrique lo descubrió a partir de muchos viajes y demás experiencias, por ello nos relata que para él, existen tres cuestiones que les parece fundamentales:

  1. ¿Cómo de la materia inerte en el proceso evolutivo del universo, se levanta, se erige y forma seres que se autorreplican y que llamamos “seres vivos”?
  2. ¿Cómo la materia viva crece en complejidad y hay un salto hacia la creación de la inteligencia, el aprendizaje, la estética, el descubrimiento de las leyes abstractas?
  3. ¿Existe vida inteligente extraterrestre?

Y el bosón de Higgs, que es algo que uno podría llamar “fundamental”, en estas cuestiones es totalmente irrelevante. A partir de esto, nos explica que en esencia, «lo que hay son mapas de abstracción intelectual para capturar procesos de forma descriptiva y predictiva, que es lo que exige el método científico». Y el mapa usado para explicar los fenómenos de las partículas fundamentales poco o nada tendría que ver con aquello de cuestiones totalmente alejadas de ese campo. 

Adicionalmente, nos comenta que lo fundamental o lo importante está a todos los niveles y que «encuentra cosas fundamentales en el negocio, en la creación de productos, creación de mercados, en la realización de marketing, de poesía, en hacer ciencia, ingeniería, etc.» teniendo un criterio más amplio de lo que es fundamental o importante.

Su influencia de la escuela francesa

Cuando Enrique Solano terminó sus estudios en la PUCP, su profesor Francisco de Zela le propuso ir a una escuela de verano en Río de Janeiro en donde en paralelo se llevó a cabo el Coloquio Franco-Brasilero de óptica cuántica. Al participar en esa escuela y oír temas como «entrelazamiento cuántico», «información cuántica», entre otros, Enrique quedó fascinado y le dijo a uno de los profesores que quería hacer el doctorado ahí y así fue como luego de entrevistarse con él, empezó el recorrido de Enrique por Brasil y otros mundos.

Ya en el doctorado, Enrique trabajó en una tesis pionera en información cuántica en Latinoamérica y recibió a través de aquel grupo de trabajo la influencia de la escuela francesa donde «la teoría y la predicción de efectos físicos nuevos está fuertemente ligada a la observación experimental» según nos cuenta. Una escuela que encajaba muy bien con la forma de pensar de Enrique para entonces.

 «El cálculo de un nuevo fenómeno no me era suficiente si no podía decir cómo tendría que hacerse un experimento para que esa nueva propiedad se manifieste y se observe experimentalmente» nos comenta.

Así fue como él llegó a una definición personal de física teórica: «La modelización matemática de sistemas descriptivos y predictivos observables en el laboratorio».

Su trabajo actual

También nos menciona, haciendo referencia a la biblioteca de Babel de Borges, que existe una inmensa biblioteca de conocimientos que solo se podrá acceder a este cuando se alcance la supremacía cuántica y del cual aún nadie ha podido ingresar ya que no tenemos ordenadores cuánticos escalables. El poder empujar un poco la puerta que da acceso a esta vasta biblioteca y poder así avizorar los millones de libros de conocimiento nunca antes alcanzados por la humanidad es algo que en palabras de Enrique, le quita el sueño y le da la motivación en las mañanas para levantarse y ponerse a trabajar.

Esta es la motivación que tiene Enrique para con su labor como CEO de IQM Germany. Esa transición del mundo académico al mundo empresarial no fue algo de la noche a la mañana, sino que fue un paso que lo hizo luego de haber publicado más de 400 artículos en las revistas más prestigiosas de física como Nature, Physical Review Letters, entre otras. Y en su búsqueda de nuevos horizontes tomó interés en campos como los sistemas inteligentes, la inteligencia artificial y la computación cuántica y notó que el arco de influencia que se tiene de estas tecnologías se iba desplazando desde el mundo académico a compañías como Google, IBM y el mundo empresarial en general.

Ahora, desde su nueva posición, nos comenta: «puedo desarrollar aplicaciones de la mecánica cuántica no sólo desde el ámbito académico sino empresarial, de finanzas e inversiones y me siento mucho más pleno, más realizado y lo percibo como un mundo intelectual, estético y artísticamente más rico que el mundo puramente académico».

Obtener esta propuesta de ser el CEO para IQM Germany surgió ya anteriormente había tenido contacto, por sus trabajos anteriores, con el entramado empresarial del mundo de la computación cuántica. Este nuevo mundo exige a Enrique ser más creativo y aprender y seguir aprendiendo nuevos temas como las finanzas corporativas, las inversiones, las relaciones públicas, entre otros.

Un consejo

Por último, un consejo que nos brinda Enrique para los estudiantes de física de pregrado en el Perú es verse como individuos frente al universo: «No reconozcan su pasaporte, de donde han nacido, no reconozcan nada. Veanse como individuos frente al mundo. Y si uno quiere dedicarse a una actividad donde el objetivo es descubrir propiedades nuevas, predecir, modelar, entender el universo desde un punto de vista científico y tecnológico; entonces enfréntate con esa desnudez intelectual a sus curiosidades y retos».