5 Relatos salvajes, edición conferencias científicas

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Llegó el verano de la mano de un fenómeno del niño global y con él también los congresos y reuniones científicas. Participar nos involucra a todos los que trabajamos alrededor de la creación de conocimiento, que no es lo mismo que la creación de contenido. (No te olvides dejar un Me Gusta y seguir la cuenta de @cientificospe). Recordemos que los congresos científicos son importantes pues se utilizan para comunicar los resultados y avances, algo fundamental para el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI). En varias oportunidades integré equipos de organización de congresos, y soy testigo del esfuerzo que es realizado en el día a día por cada uno de los integrantes.

Hoy mientras tomaba el café de la mañana, sumergido en el frio de verano matinal, recordaba las anécdotas, a los amigos, y la buena experiencia de ser organizador. De ellas ya tendremos tiempo de conversar, pero hoy me decidí a escribir no de lo bonito, al contrario, hoy quiero redactar algunos relatos salvajes alrededor de esta vertiginosa tarea de ser parte de la organización en algunos congresos de CTI. Muchas crónicas fueron desempolvadas del baúl de los malos recuerdos, donde permanecieron aisladas por años. Hoy pienso que reflejan lo poco profesional e improvisado que era hasta hace unos años la educación superior y la investigación en nuestro país. ¿Habrá mejorado?

*Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia. Los lugares y personajes no son ficticios.

El experto en Photoshop, de Chupaca a la Rambla

Transcurría de la mejor manera la segunda fecha del III Congreso de Investigadores Parisinos (CIP) en Barcelona. Participantes y organizadores ponían de su parte para que todo saliera de la mejor manera. Durante la pausa de la hora del almuerzo, aproveché para instalarme unos minutos en la mesa principal del escenario junto a Ivette, ordenando en la laptop los archivos de las ponencias de la sesión de la tarde. Minutos más tarde, ya cuando todos se habían retirado y habíamos cerrado la sala por seguridad, recibí una notificación de una red social en el celular.

Al ingresar a la aplicación apareció inmediatamente una fotografía de la sala principal de la conferencia. En ella se veía la proyección de la primera diapositiva de una charla de ingeniería, al expositor adelante de la proyección de pie con una postura de éxito rotundo, como disponiéndose a empezar con su charla. Al lado izquierdo de la fotografia, sentados en una mesa frente a la computadora se podia indentificar a los responsables de la sesión, es decir Ivette y yo. Esto no tendría nada de raro, salvo que en el momento en que trabajábamos en esa mesa no había más que una pantalla azul de fondo de un proyector Epson desconectado. El docente investigador había pedido le tomen una fotografía, de pie al estilo libertador, delante de la pantalla azul para luego utilizar sus habilidades en diseño gráfico e incluir la diapositiva de PowerPoint correspondiente a su trabajo de investigación detrás de él, haciendo creer a todos en las redes sociales que había sido ponente en el congreso.

Aceptando su culpa con una sonrisa enternecedora y una disculpa que no se sintió honesta retiró la foto de las redes. Nos quedará siempre la curiosidad del destino de este personaje, ¿seguira siendo docente universitario?, ¿continuará viajando por el mundo con su cámara subvencionado por su universidad?

FIN

Enseñando a investigar en un congreso de investigadores de la Unión Europea

Presentarse en un encuentro de investigadores para hacer negocios es algo que se acostumbra por parte de las empresas que ofrecen servicios o tecnología relacionada a la temática del congreso. Por lo tanto, recibir publicidad de ellas durante las conferencias no debería sorprendernos. El IV CIP en el que participamos se llevó a cabo en una hermosa universidad europea, con instalaciones muy antiguas y modernas a la vez, un lujo de evento. En ese momento no había forma de imaginar que sería el inicio de una de mis peores pesadillas.

Durante un coffe break recibí la publicidad de una empresa que brinda el servicio de enseñar a investigar a docentes e investigadores, y además incluye la escritura de un artículo científico. Esto último utilizando tesis empolvadas (según el empresario presente). Sí, es la misma empresa que alguna vez en una feria del libro ofrecía servicios de corrección de tesis y que hoy ofrece postdoctorados. Realmente los investigadores y estudiantes de doctorado no podían ocultar su asombro.

No podemos reproducir la discusión que tuvimos, en donde se evidenció la falta de conocimiento de lo que nuestro sistema de CTI necesita. Grande fue mi sorpresa cuando días más tarde otra notificación en redes sociales me alertaba de una fotografía tomada durante la discusión con el empresario delante de su póster, en donde yo parecía interesado en los servicios. Esta fotografia se encontraba en las redes de la empresa, la cual accedió a retirarla luego de mi reclamo.

Nuestro país necesita de investigadores de carrera, ya formados y con todo un networking y experiencia para liderar líneas de investigación. Con ellos formaremos buen capital humano y avanzaremos. El publicar por publicar es inocuo, salvo para el bolsillo de los empresarios y las estadísticas de las universidades en donde realmente no hay una cultura científica y de investigación. No nos dejemos engañar por quienes nos venden humo.

FIN

Los coautores como cancha, entre Huaraz y Pakistán

Existen artículos en los que la cantidad de autores llama la atención, algo común por ejemplo en papers publicados por varios grupos de investigación a la vez, donde existen proyectos en común y donde todos aportan al desarrollo y creación de conocimiento. En una ocasión un equipo de trabajo de un CIP recibió un abstract de un docente investigador proveniente de una universidad cercana del Huascarán, algo muy interesante pues motiva a seguir fomentando la investigación y la colaboración con nuestro país.

Grande fue nuestra sorpresa al descubrir que el expositor contaba con artículos en donde todos los co-autores eran de Pakistán. Definitivamente los pakistaníes deben estar muy entusiasmados con publicar con parisinos. Las relaciones científicas con este país deben haber sido fortalecidas por CONCYTEC, tal vez…. Como era de esperarse se le preguntó al expositor sobre este artículo científico y la relación entre Pakistán y Huaraz. La respuesta fue la siguiente, “yo no sé, fue mi colega quien me invitó, yo escribí el marco teórico del articulo científico”. Justificaciones que se reciben de quienes publican con atajos, sin realizar la investigación y que trabajan en universidades peruanas formando a las nuevas generaciones.

La cereza del pastel fue el pedido que hizo el expositor para presentar su póster a pesar de todo lo que habiamos descubierto (dado que ese poster no tenía autores pakistaníes), además pidió que su colega, el co-autor, expusiera con él pues estaba presente y por qué además debían justificar el viaje con su universidad, con fotos y el certificado correspondiente. Obviamente el viaje será subvencionado por la universidad, no nos queda duda.

FIN

Los resúmenes de wikipedia, del cloud al congreso 

El diablo está en los detalles. Nos cuentan que leyendo el resumen de una investigación que postulaba a ser aceptada como una presentación oral, fue más que evidente la incoherencia que mostraba por partes la redacción. El resumen presentaba transiciones de un castellano peruano cultivado a un castellano español muy sospechoso.

Al colocar partes del resumen en Google encontramos que parte de él era una copia parcial de un texto de wikipédia. No fue el único caso, pues gracias a este precedente se analizaron otros resúmenes, encontrando uno el cual era la introducción de un artículo ya publicado por otra persona.

Esta mala práctica evidentemente no fue tolerada, por lo que se desestimó la participación de ambos resúmenes y se les explicó las razones. Debido a que uno de ellos es docente universitaria se le pidió tuviera un comportamiento ejemplar con sus estudiantes. Esperamos que haya aprendido la lección.

FIN

La tercera es la vencida, la hora Cabana en Cataluña

Después de 12 horas de viaje desde Lima sobrevolando el océano Atlántico, Juan Carlos, docente investigador de una prestigiosa universidad de la capital dedicada a la agricultura, se encontraba desde la víspera listo para participar como expositor en el III CIP en Barcelona. Su charla estaba programada para el primer día del evento a las 10am, pero por problemas atribuidos al tráfico de la ciudad no pudo llegar a tiempo del hotel a la sala de conferencias. La organización, consciente del problema y buscando que no se pierda la oportunidad de participar, trasladó su charla para después del almuerzo.

Llegaron las 14H y nuestra desesperación al no contar con su presentación en el sistema y menos con la presencia de Juan Carlos tuvimos que dar pase a la siguiente expositora.

Durante la presentación de conchas y moluscos del mar peruano, alrededor de las 15H20 observamos como la puerta de la sala se abría violentamente, dando paso a un grupo muy animado de participantes entre los que se encontraba Juan Carlos. El malestar se pudo notar en cada miembro del comité académico encargado del programa del evento, evidenciándose en la expresión y en algunos casos gesticulando frases desconocidas en diferentes idiomas.

Cuando llegas tarde y ya empezó la conferencia

Luego de la entrada triunfal, Juan Carlos se acercó a la mesa principal delante del auditorio, sacó de su mochila una laptop Toshiba tan gruesa que causó el asombro de varios de los participantes, al mismo tiempo que metía la mano en el bolsillo y sacaba un USB el cual levantó hacia el infinito entregándolo al encargado de la guardar las diapositivas de los presentadores. Una señal de negación desde el fondo de la sala indicaba que ya era demasiado tarde para Juan Carlos.

Los organizadores en mesa, muy sorprendidos por la Concha de Megalobulimus peruana y su contaminación, no tenían tiempo para darle explicaciones a Juan Carlos, por más que atribuyera su tardanza a la demora en la entrega de los piscos sours durante el almuerzo.

No pudo exponer, no sabemos si contó alguna historia distinta a su regreso a Perú, pero de lo que sí estamos seguros es que las malas costumbres nos mantienen en el subdesarrollo. No tenemos pruebas, pero tampoco dudas.

FIN

Asi llegamos al final de primeros de los relatos salvajes, edición conferencias científicas.

Nahuel Monteblanco, PhD.

@nmonteblanco